Los vacacionistas que intentaron cruzar a Estados Unidos por Reynosa vivieron un verdadero viacrucis este sábado, enfrentando filas kilométricas y altos tiempos de espera en los cruces internacionales.
Los mayores congestionamientos se registraron del lado mexicano, debido a los retenes de revisión de la Guardia Nacional, que continúan operando de forma manual con lentitud en el proceso y con poco personal.
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El Puente Anzaldúa, que conecta a Reynosa con Mission, Texas, fue el más problemático. En este puente los conductores tuvieron que hacer triple fila.
La fila más larga para llegar a Mission, Texas, se hacía para someterse a la revisión del retén de la Guardia Nacional, ubicado enfrente del Centro de Internación e Importación de Vehículos Extranjeros (CIITEV), antes de llegar a las casetas de peaje.
La segunda fila en la línea divisoria de la estructura elevada del puente, donde está la primera caseta de vigilancia del personal de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP). La tercera fila se hacía para la revisión aduanera americana, aunque ésta era ágil.
En el cruce Reynosa-Hidalgo, también se reportaron largas filas. Los retenes de la Guardia Nacional, ubicados antes de llegar a las casetas de Capufe, provocaron una fila que se extendió hasta el Libramiento Luis Echeverría Oriente, con un tiempo promedio de espera de dos horas.
Durante todo el día, el paso a McAllen por este puente estuvo saturado, con tiempos de cruce de entre dos y tres horas.
En Matamoros, los dos puentes internacionales principales registraron un promedio de una hora y 30 minutos de espera, según el sitio oficial de CBP.
En contraste, el Puente Juárez-Lincoln o Puente Dos, en Nuevo Laredo, no presentó mayores complicaciones, salvo un pico de tráfico al mediodía, con un máximo de una hora de espera.