El celular se ha convertido en una extensión del cuerpo humano, y los niños no son la excepción. Desde edades cada vez más tempranas, muchos pequeños dominan pantallas táctiles antes que lápices o libros. Aunque puede parecer inofensivo —o incluso educativo—, el uso excesivo del smartphone desde la infancia puede traer consecuencias graves a corto y largo plazo.
Especialistas en neurodesarrollo, pedagogía y salud mental infantil advierten que el abuso de dispositivos móviles afecta el comportamiento, las habilidades sociales, la concentración, el sueño y la salud física de los menores.
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CAMBIOS EN EL CEREBRO INFANTIL
Durante los primeros años de vida, el cerebro de los niños está en pleno desarrollo. Las conexiones neuronales se multiplican con base en la estimulación sensorial y la interacción humana. Al sustituir estas experiencias por una pantalla, se limita el aprendizaje emocional y cognitivo.
Estudios recientes muestran que el uso prolongado de dispositivos digitales puede alterar la estructura cerebral, reduciendo la materia gris en zonas vinculadas con la autorregulación, el lenguaje y la atención.
CONSECUENCIAS FÍSICAS: CUERPOS EN SILENCIO
Pasar horas frente al celular también afecta el cuerpo. Algunos de los problemas más comunes incluyen:
• Obesidad infantil por falta de actividad física.
• Dolores de cuello, espalda o manos por malas posturas.
• Problemas visuales, como fatiga ocular o miopía.
• Trastornos del sueño, especialmente cuando se usa el celular antes de dormir.
La luz azul que emiten las pantallas interfiere con la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño. Esto puede generar insomnio infantil y afectar el rendimiento escolar y el estado de ánimo.
IMPACTO EN LA CONDUCTA Y LA EMOCIÓN
El uso constante del celular puede causar adicción digital. Los niños se vuelven dependientes del estímulo inmediato que brindan los juegos, redes sociales o videos, desarrollando tolerancia al aburrimiento y mayor impulsividad.
Otras consecuencias psicológicas son:
• Déficit de atención y menor capacidad de concentración.
• Mayor irritabilidad, ansiedad o depresión.
• Dificultades para socializar o empatizar con otros.
Además, la sobreexposición a contenido no adecuado puede generar confusión emocional, imitación de conductas violentas o hipersexualización prematura.
AISLAMIENTO SOCIAL Y RETRASO EN EL LENGUAJE
Los niños que usan dispositivos móviles por varias horas al día tienen menos oportunidades de desarrollar habilidades comunicativas y sociales, ya que reemplazan el diálogo humano con interacciones unilaterales con la pantalla.
Se ha documentado un retraso en el habla en niños menores de 5 años que pasan más de 2 horas al día frente al celular. Además, presentan dificultades para expresar emociones y resolver conflictos sin recurrir a berrinches o el silencio.
DATOS CURIOSOS SOBRE EL USO INFANTIL DE CELULARES
• En México, 4 de cada 10 niños de entre 6 y 11 años tienen su propio celular, según cifras del INEGI.
• El 95% de los niños con celular lo usa para ver videos en YouTube o TikTok, y sólo el 5% lo utiliza con fines educativos.
• El tiempo promedio frente a una pantalla en menores de edad es de más de 4 horas diarias, incluso en niños de nivel preescolar.
• Algunos países como Francia y China han prohibido el uso de celulares en las escuelas para fomentar la interacción social y mejorar el rendimiento académico.
¿QUÉ PUEDES HACER COMO PADRE O MADRE?
La clave no está en demonizar la tecnología, sino en establecer límites saludables y enseñar un uso responsable. Algunas recomendaciones incluyen:
• No dar celular propio antes de los 12 años.
• Establecer horarios para el uso de dispositivos.
• Fomentar juegos al aire libre y lectura física.
• Supervisar el contenido y usar controles parentales.
• Promover el diálogo familiar y la convivencia sin pantallas.
• Apagar los dispositivos al menos una hora antes de dormir.
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ENTRE EL ENTRETENIMIENTO Y EL RIESGO
El celular puede ser una herramienta poderosa, pero también un riesgo silencioso si no se usa con moderación. En la infancia, donde el cerebro, el cuerpo y la personalidad están en formación, es crucial proteger a los menores del uso excesivo y sin supervisión de la tecnología.
Educar con amor también implica poner límites. Y cuando se trata de pantallas, menos puede ser más.
¿Tu hijo pasa mucho tiempo con el celular? ¿Has notado cambios en su conducta o salud? Comparte tu experiencia.