En la salud, los hábitos lo son todo. El trabajo nocturno, ese horario fuera del ciclo natural del día, obliga al organismo a sortear su propio reloj interno. Hablamos de un desorden que impacta en el metabolismo y el corazón, advierten investigaciones oficiales y académicas.
El Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional (NIOSH), señala que el trabajo por turnos puede aumentar la tolerancia reducida a la glucosa, resistencia a la insulina, elevación del cortisol y activación del sistema nervioso simpático; todos estos factores favorecen el riesgo cardiovascular.
ENFERMEDADES
En un experimento, 19 personas fueron asignadas durante dos semanas a jornadas nocturnas. Un grupo consumió alimentos en horario diurno y nocturno; el otro, únicamente de día. Los resultados fueron claros: las comidas nocturnas elevaron la glucosa promedio en sangre en un 6,4 %, mientras que limitar la alimentación al día mitigó ese efecto adverso.
TE PUEDE INTERESAR: Negociando nuestro final
Por otro lado, un estudio con trabajadores hospitalarios en Taiwán halló que el turno nocturno se asocia con un aumento del 36 % en el riesgo de síndrome metabólico. Además, un mayor número de turnos nocturnos se vinculó con presión arterial elevada.
Este tipo de hallazgos coincide con revisiones más amplias. Una síntesis publicada en Nutrients sitúa al trabajo por turnos como un factor de riesgo para sobrepeso, obesidad, diabetes tipo 2, alteraciones lipídicas y hipertensión, mediado por la disrupción del reloj circadiano y los hábitos alimentarios alterados.
La American Heart Association, por su parte, alerta que quienes ya tienen hipertensión y realizan turnos nocturnos presentan riesgo adicional de progresar hacia enfermedades del corazón o diabetes.
ALTERACIONES
¿Qué conecta la luz artificial, las noches de trabajo y el infarto? Los científicos señalan varias vías:
Desalineación circadiana: el cuerpo espera que la noche sea un momento de descanso y ayuno. Forzar actividad metabólica o ingesta en ese periodo genera conflicto interno.
Alteración hormonal: caídas o alteraciones en melatonina, cortisol y hormonas reguladoras del apetito impactan el control de glucosa y grasa corporal.
Sueño insuficiente o fragmentado: dormir menos de 7 horas —o dormir de día mal— se asocia con riesgo incrementado de síndrome cardiometabólico, fibrilación auricular y rigidez arterial.
Hábitos alimentarios desfavorables: comer en horarios irregulares es más probable, se digiere peor, y favorece acumulación de grasa abdominal.
Estrés oxidativo, inflamación y activación autonómica: la constante “lucha” interna del organismo para adaptarse promueve daño vascular y disfunción del endotelio.
PREVENCIÓN
Los expertos subrayan que no basta con advertir el riesgo: se requieren políticas institucionales y estrategias individuales.
TE PUEDE INTERESAR: ¿Cómo poder teletrabajar con wifis públicas en ‘modo seguro’?
Algunas recomendaciones:
Reprogramar horarios para evitar rotaciones frecuentes que impidan adaptación.
Ventanas de alimentación controladas, privilegiando que la mayor parte del consumo calórico sea durante la fase diurna (cuando el metabolismo responde mejor).
Monitoreo médico periódico, enfocado en presión arterial, perfil glucémico y lípidos.
Higiene del sueño rigurosa: oscuridad, horarios fijos, siestas planificadas, supresión de luz azul.
Estudios locales en México, para identificar cómo estas dinámicas operan en nuestra población, con su ritmo social y laboral propios.
INNOVACIONES
Iluminación circadiana adaptadaEnsayos controlados han mostrado que la iluminación artificial ajustada a los ritmos biológicos —es decir, que cambia su espectro y/o intensidad para coincidir con los ciclos del reloj interno— mejora la calidad del sueño diurno y el rendimiento cognitivo de quienes trabajan de noche.
WEARABLES Y SENSORES
Dispositivos portátiles (relojes, bandas) están siendo usados para monitorear patrones de sueño, frecuencia cardíaca, variabilidad del ritmo cardiaco (HRV), con el fin de cuantificar la fatiga, detectar cuándo la recuperación es insuficiente, entre otros aspectos.
APPS MÓVILES
Aplicaciones diseñadas para trabajadores por turnos (“shiftworkers”) ofrecen módulos especializados —por ejemplo, mejora de hábitos de sueño, higiene del sueño adaptada, recordatorios, seguimiento y consejos personalizados—. Un ejemplo reciente es Sleepfit, un piloto para paramédicos, que entregó una intervención digital para mejorar la salud del sueño.
Con información de National Institutes of Health, revista científica MDPI, Journal of the American Heart Association y American Heart Association.