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Ser trans, la lucha por el reconocimiento

Por Luis Mario Rodríguez *

“Cuando conocí el mundo LGBT, que empecé a crear, a encontrarme a mí misma, sí fue un poco difícil porque yo decía, bueno, como hombre gay, pues sí tenía cierta aceptación dentro de la comunidad, pero yo dentro de mí no me sentía yo, ¿sabes? O sea, yo decía, es que yo tengo otra percepción del cómo me quería ver, cómo quería llegar a ser, ¿no? Entonces me pasó algo muy extraño, yo tenía puros amigos hombres gay, pero yo conocí chicas de la misma comunidad, pero en aquel entonces se les llamaba, bueno, se les llama travestis, a diferencia de lo que es ser transgénero o transexual. Y ahí fue donde me hizo clic, eso era lo que yo quería ser. Yo me veía en ellas y yo decía, “es que yo soy igual”, ¿sabes?.”

Estas son las palabras de Paola, a quien conocí en una cafetería del centro de Torreón. Paola es una mujer trans de 30 años, nacida y criada en medio del desierto norteño. Su proceso estuvo marcado por dos salidas del clóset: primero como un hombre gay, después como una mujer trans. Comenzó su transición a los 22 años, pero hasta hace tres, no era reconocida como una mujer frente a la ley. Su cambio legal de identidad lo realizó en la ciudad de Saltillo, capital del estado; en ese momento su proceso estaba en un punto muy distinto al que está actualmente.

“Entonces cuando voy en ese viaje íbamos 17 chicas y un chico trans, 16, perdón y un chico trans, éramos 17. Entonces, en el viaje, pues cada uno iba contando su historia, yo los iba escuchando y pues en medio camino fue donde entré en razón, y dije, o sea, todos, cada uno y cada una tiene una historia, y a mí también me ha pasado. Me llevé algo de cada uno, y fue como que, o sea, lo que a mí la sociedad me había dicho y lo que a mí la sociedad y mi familia me habían dicho era muy diferente a lo que yo en ese momento conocí.”

Ese encuentro con otras personas tuvo un profundo impacto en la vida de Paola; conectar en sus dolores y en lo que han encontrado no sólo le hizo verse en ellas, sino reconocer una necesidad: una comunidad sólida, a la cual acudir cuando comienza este proceso. Esto motivó a Paola a fundar Redtrans Laguna el 30 de marzo de 2023.

SER TRANS FRENTE A LAS INSTITUCIONES

Redtrans es un colectivo que acompaña a personas trans de la región de la Laguna, que comprende 15 municipios de Coahuila y Durango. El colectivo trabaja en el asesoramiento y acompañamiento a personas trans en temas médicos, psicológicos y legales, y tiene como uno de sus objetivos la visibilización de la comunidad trans, la búsqueda del trabajo digno y la eliminación de sesgos y estigmas.

El trabajo del colectivo se desarrolla en tiempos complicados, pues a pesar de que sí ha existido un avance global hacia la garantía de los derechos de las personas trans, el discurso que han manejado personajes como Donald Trump, Javier Milei o el partido político Vox de España, ha provocado un declive en los derechos de las personas trans que Amnistía Internacional ha catalogado como “preocupante”.

Uno de los temas principales que han utilizado estas figuras para la criminalización de las personas trans es el del acceso a baños públicos y en establecimientos privados. Paola compartió un caso que le tocó acompañar desde el colectivo. Una chica fue sacada del baño de un antro de la ciudad, bajo la acusación de estar dando un uso incorrecto al baño, cosa que no era verdad, pues no hubo quejas de las demás usuarias del baño. ¿La justificación del establecimiento? Que sólo tienen baños de hombres y de mujeres, no tienen baños neutros, ni baños LGBTQ+. Después de que se logró poner la denuncia y que los representantes del antro comparecieron, reconocieron que fue una decisión tomada por las personas empleadas del negocio. Así como esta chica, otras personas se han enfrentado a distintos tipos de discriminación, y Paola explica, desde su experiencia en el colectivo, uno de los principales obstáculos a los que se enfrentan las personas trans es el aspecto legal.

“Las dificultades que se enfrentan ellos es en el tema de que, por ejemplo, algunos abogados no conocen la Ley de Identidad de Género, no conocen cómo dar el trato hacia la persona, y pues ellos muchas de las veces por este tema del desconocimiento no denuncian o no se acercan con alguna autoridad competente porque tienen ese miedo, en el tema legal, o sea, sí hay como un desconocimiento, pero ya es un tema más burocrático, o sea, ya es un tema más de la ley, que existen las leyes que protegen a la comunidad trans y a la comunidad LGBT”.

La Ley de Identidad de Género de la que habla no se trata de una legislación como tal, sino de un paquete de modificaciones que cada estado puede adoptar para reconocer los derechos de la comunidad LGBTQ+. Hasta el momento, de los 32 estados de la República, 20 han adoptado reformas en sus códigos penales, civiles y/o familiares.

Sin embargo, Paola asegura que son contados los abogados que apoyan y que están a favor de los derechos de las personas trans. Ella misma se ha enfrentado a situaciones donde la gente no sabe cómo tratarla, cómo proceder.

“No siguen un protocolo, vaya, para hacerlo como cualquier otra persona”, comenta Paola.

Coahuila todavía carece de reformas en el código penal, por ejemplo, las mal llamadas “terapias de conversión” no están prohibidas. En mayo, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) invalidó un artículo del Código Penal de Guerrero que permitía a madres, madres o tutores, evitar sanciones penales si sometían a menores a terapias de conversión, destinadas a modificar la orientación sexual o identidad de género de una persona. Esta decisión, sentará jurisprudencia para el resto de los estados.

Por otro lado, sí se han implementado reformas en materia civil, desde 2019 se reconoce la identidad de género, esto garantiza que las personas trans puedan realizar el cambio de género de manera legal y sencilla.

Comunidad de San Aelredo, asociación civil que surgió de un grupo juvenil de la diócesis de Saltillo, fue quien logró implementar esa reforma, con apoyo del departamento jurídico del gobierno del Estado. Cada cierto tiempo organizan brigadas para hacer el cambio de identidad, a la primera asistieron 32 personas, y desde 2019, hasta el 30 de abril de este año, se habían realizado 564 cambios de mujeres, hombres y personas no binarias, incluyendo personas que vienen de otros lugares del país a realizar su trámite aquí en Coahuila. Usualmente las brigadas se realizan en Saltillo, pero cada cierto tiempo las llevan a otros municipios, como es el caso de Torreón.

A pesar de la sencillez del trámite, a Angélica, mujer trans de 21 años y estudiante de psicología, la rectificación de papeles, desde que hizo el proceso de reasignación de género hasta que terminó de modificar sus documentos educativos e identificaciones, le tomó poco más de un año. La naturaleza burocrática de los trámites provoca que para muchas personas sea complicado realizarlos.

Por otro lado, a nivel nacional existe desde 2003 La Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación. Sin embargo, la sociedad mexicana indica un progreso mucho más lento; según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, INEGI, el grupo con mayor nivel de discriminación en México son las personas pertenecientes a la diversidad sexual y de género. Desde 2015, la Comisión Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) ha recibido 813 quejas calificadas como presuntos actos de discriminación relacionados con personas con identidades y/o expresiones sexuales y de género no normativas; de esas, en 593 fueron señaladas personas particulares y 220 en contra de personas servidoras públicas federales y/o poderes públicos federales, de acuerdo con la respuesta a una solicitud de información.

De las 813, 771 están concluidas y 42 se encuentran en trámite. Este problema alcanza un punto cumbre en el hecho de que México es el segundo país más mortal en el mundo para las personas trans, después de Brasil, según el proyecto de investigación Transrespeto versus Transfobia en el Mundo.

Los sesgos culturales desde los que nace esta discriminación tienen implicaciones reales en las vidas de las personas, obstaculizando su caminar diario y diversos procesos que lo componen. Esos sesgos alcanzan un elemento fundamental: el corporal.

BARRERAS MÉDICAS

Angélica, o como sus amigos la conocen, Angie, ha llevado su terapia de reemplazo hormonal con una endocrinóloga de una asociación de la Ciudad de México llamada Transsalud, que ofrece atención especializada. La necesidad de recibir atención de parte de una médico de otra ciudad surgió de la experiencia que tuvo con el sector de salud privado en Torreón.

“Originalmente era con una endocrinóloga de aquí de Torreón, pero pues justo el proceso había sido muy lento. La primera vez, cuando lo intenté buscar como a los 18 años, sí fue como un calvario. Porque bueno, la de aquí en Torreón me pedía los análisis de sangre normal y pues sí, me atendió normal en la consulta, pero nomás al final de la consulta ella me dijo de que “ah, bueno, ya tengo tu receta escrita, pero para poder dártela necesito que me traigas una carta de un psiquiatra, dando el visto bueno de que para que inicie la terapia”. ”

Con el psiquiatra, se topó con una situación similar.

“Me pidió que le llevara un electroencefalograma para ver si no tenía algún daño cerebral y cosas así, muy innecesarias.”

En el mismo hospital, fue atendida por un cirujano que también le pedía una carta de un psiquiatra para poder operarla del pecho. Fue hasta los 19 años que Angie encontró a la endocrinóloga de la capital y a un cirujano que no le pedía ninguno de esos requisitos y así pudo comenzar con esa parte de su transición.

En el sector público no es distinto, Daviana, mujer trans de 23 años, estudiante y trabajadora, comparte su perspectiva frente al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

“En el IMSS todavía no está implementado como tal un protocolo de atención para personas trans. Entonces muchas veces te puedes topar, aunque en mi número de seguro social ya estén actualizados mis datos a Daviana y todo, no existe como tal un protocolo, entonces muchas veces por ejemplo, al momento de ir a solicitar el tratamiento de reemplazo hormonal pues si tienes mucha suerte te lo van a dar, pero si no, te van a poner muchas trabas, te van a decir de que este tratamiento pues no se realiza en el IMSS, y pues ya va dependiendo de cada doctor ahora sí, o sea, es una institución pública, pero pues cada doctor tiene como sus creencias y todo”.

Paola también se ha topado con situaciones de ese tipo en el acompañamiento que otorga desde Redtrans Laguna: falta de información y de tacto de parte del personal médico, tratamientos que se quedan a medias, o que se nieguen a dar los tratamientos, como le sucedió a Paola.

“Yo cuando inicié mi transición me acerqué con una enfermera en el Seguro Social, y me dice: ‘No, es que aquí no damos eso. O sea, no, no te atendemos así’. Yo me acuerdo mucho que me comentó y me dijo: ‘Eso está mal, tú no debes de hacer eso, tú eres hombre y punto’”.

Esta situación la orilló a la automedicación y como consecuencia, a problemas renales. Paola recomienda de manera rotunda evitar la automedicación, tanto para la salud física como la mental.

Desde 2022, el IMSS implementó un Protocolo de atención para personas de la diversidad sexual, que dispone las obligaciones de las personas servidoras públicas para dar un trato digno y no discriminatorio. Entre estos lineamientos, se establece que bajo ninguna circunstancia se deberán prescribir tratamientos y/o evaluaciones psicológicas o psiquiátricas basadas en la identidad y/o expresión de género. El protocolo existe, pero el trato recibido no lo demuestra.

Noé Ruiz, presidente de San Aelredo, que ha puesto gran parte de sus esfuerzos en la garantía de los derechos de sus compañeras trans, encuentra una explicación a la falta de sensibilidad en la justificación que el mismo personal médico ha dado: al ser un proceso que puede presentar complicaciones, especialmente si se busca revertir, encuentran importante la reafirmación de la identidad a través de la psiquiatría. Frente a esto, para Noé la respuesta es sencilla:

“Las compañeras ya tenían todo un proceso de cambio en el que no era como de, ‘estoy en este proceso de si soy o no soy, a lo mejor sí me gusta, a lo mejor no’, o sea, ya son personas que vivían 24/7 como mujer y que ya necesitaban un tratamiento urgente”.

A partir de las necesidades que han identificado, surgió una colaboración entre la organización y el Hospital General de Saltillo, en donde encontraron a un endocrinólogo que ofrece consultas gratuitas a personas trans, permitiéndoles enfocar el gasto económico en la adquisición de los medicamentos. Actualmente se está trabajando en la construcción de una colaboración similar con el Hospital General de Matamoros, en La Laguna. Uno de los principales obstáculos que reconocen las colectivas y organizaciones es la necesidad de viajar a otras ciudades para llevar un proceso integral; las personas de Torreón viajan a Saltillo para los trámites legales, las personas de Saltillo viajaban a Monterrey para recibir atención médica, ciudad en la que recientemente se dio un paso importante hacia la garantía de la salud integral.

Daviana, a quien leímos hace unos momentos, creció y nació en Torreón, pero hace unos meses emigró a Monterrey. En este tiempo, ha logrado notar contrastes entre la cultura de las ciudades. En Monterrey, por ejemplo, se acaba de abrir una Unidad de Salud Integral para Personas Trans, la cual ofrece atención especializada, y para Daviana, sí hay un avance en tolerancia y apertura hacia la diversidad, pero también ha percibido que hay más acoso, situación que vive distinto a partir de su transición.

“Es un acoso diferente porque, por ejemplo, te acosan como mujer porque te ves femenina, pero también existe el acoso discriminativo de que cuando ya se dan cuenta de que eres una persona trans, como que empieza esta discriminación y, pues muchas veces ataque”.

La transición a mujer trae consigo nuevas formas de acoso: ya no sólo es la vulnerabilidad de ser trans, sino la apariencia tradicionalmente femenina que las convierte en objeto de otro tipo de ataques. La discriminación y los ataques hacen surgir preguntas pertinentes sobre el origen de un trato que se condiciona dependiendo de la expresión de género que presentamos.

Escucha el reportaje en su versión en audio

LA DIFICULTAD LABORAL

El punto común en el que se encuentran las personas que atraviesan la experiencia trans, es el de constantemente generar resistencia en todos los espacios que habitan, uno de ellos es el laboral. Las personas trans tienen 36.9% más de probabilidad de sufrir discriminación laboral, de acuerdo a un boletín publicado por la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos.

Una amiga de Daviana fue despedida de un trabajo en su primer día, cuando su jefa se dio cuenta de que era una mujer trans. Paola también ha vivido situaciones de discriminación en el sector de la maquila en Torreón. La inestabilidad económica consecuencia de esto orilla a muchas personas, particularmente a las mujeres trans, a recurrir al trabajo sexual, cuya informalidad y falta de atención de parte del Estado las pone en situaciones de mayor vulnerabilidad. Un ejemplo es el caso del que surgió el trabajo de San Aelredo con la comunidad trans de Saltillo.

“Desde el 2013 empezamos a trabajar con población (trans). A finales del 2013, principios del 2014 nos tocó una administración panista en Saltillo, y esta administración empezó a hacer detenciones arbitrarias a las compañeras por el ejercicio del trabajo sexual. Hay 2 puntos de acá en Saltillo, y estos 2 puntos estaban siendo molestados por la policía municipal. Entonces nosotros levantamos la voz, interpusimos una queja ante la Comisión de Derechos Humanos del Estado en contra del municipio y en contra de la policía municipal por estas detenciones”, recuerda Noé Ruiz.

Esta resistencia a la que se enfrentan se refleja en muchos aspectos de sus vidas; Frida ha pasado por situaciones difíciles en sus relaciones románticas, Angie, Daviana y Paola se han enfrentado a la discriminación en el sector salud y con cuestiones legales, y Ander, hombre trans de 18 años, en sus espacios educativos:

“Terminé mi prepa, pero pues sí un tiempo me salí de la prepa y estudié en línea por el hecho de que salí del clóset y muchos de mis compañeros me llegaron a molestar y a acosar. Por lo mismo de que me terminaron rompiendo mi celular, mi laptop, llegando a incluso quererme tocar para, de que, ‘a ver si es cierto, si tienes o no tienes’. Mucho acoso y pues decidí yo por mi misma salud mental, salirme de la prepa y seguir continuando mis estudios en línea.”

Ander se está tomando un tiempo fuera de la escuela, y actualmente trabaja como barista en la cafetería de su mamá, misma cafetería en la que me encontré con Paola. Él no sólo se ha enfrentado a la discriminación después de comenzar su transición hace cuatro años, es algo con lo que ha lidiado gran parte de su vida.

“Yo desde muy chiquito me di cuenta que no era como las demás niñas porque contrario a lo que le gustaban a las demás niñas, de que miren traje mi barbie, esto, el otro, era de nada más estar con los niños, más corretearme con ellos, más de llevarme más pesado, y pues por lo mismo siempre me llevó a que en la misma escuela me dijeran que yo era machorra, muchas cosas”.

La resistencia con la que se ha topado lo han llevado a cuestionarse su propia identidad. Los señalamientos de amigos, vecinos, personas extrañas y familiares

han traído a su proceso preguntas sobre su vivencia.

“Pues ha sido un proceso bastante difícil, la verdad, porque han llegado veces en las que incluso personas con las que me he relacionado emocionalmente, románticamente, han dicho que ‘es que si fueras mujer sería diferente y sí estaría contigo’. Han sido muchos cambios que muchas veces incluso llegué a dudar de mí mismo, ¿y si no soy hombre? ¿y si yo no soy hombre y si realmente solamente estoy confundido?, he intentado cambiar mi pronombre muchas veces, pero al final de cuentas no me siento cómodo siendo tratado de ella. O sea, me siento realmente cómodo siendo yo, que todos me reconozcan como Ander, que se refieran a mí de que, ‘es que es Ander’, y no se refieran a mí con otro pronombre, otro nombre, y es muy difícil porque si muchas personas te hacen dudar.”

EL PESO DE VIVIR ENTRE “VERDADES”

La experiencia de vivir se convierte en la experiencia de resistir, y esto tiene profundas consecuencias en la salud mental de las personas trans. Un reporte presentado el año pasado por The Trevor Project, organización líder en prevención del suicidio en juventudes LGBTQ+, arrojó que el 57% de adolescentes entre 13 y 17 años consideró seriamente el suicidio durante el último año, y en el 77% de los casos la familia fue la motivación principal.

De acuerdo con la psicóloga Alejandra Valdez, la familia y las relaciones interpersonales actúan como espejos y reforzadores de la construcción de la identidad, por lo que el no reconocimiento del proceso de construcción de la identidad transgénero vulnera e incapacita al sujeto en la autoperpeción de su validez como persona, y le predispone a problemas de salud física y mental.

Mariana Olivo, mujer cisgénero, religiosa benedictina y abogada de profesión, que se ha dedicado al acompañamiento de personas LGBTIQ+, abre paso al análisis del esquema que da origen a los sesgos que permiten estas manifestaciones de desigualdad:

“Obviamente la heteronormatividad sigue siendo la regla. Tú eres hombre, tú eres mujer, naciste con estos órganos o estos genitales externos, entonces debe ser esto, te debes comportar así y esa es la norma. Y no te salgas de esa norma. No. Que es muy importante acá, en esta sociedad.”

Mariana Olivo identifica el desconocimiento de términos como una causa-consecuencia de la fuerza con la que se han establecido estos esquemas.

“De hecho incluso no hay una formación entre qué es eso de heteronormatividad, qué es cisgénero. Todavía son conocimientos que, si bien se han ido ampliando en la sociedad, la gente de a pie no conoce muchos términos, no tiene formación, eso para empezar. Y luego, creo que todavía, si no tenemos formación e información integral, entonces no, no nos damos esta chance de poder ampliar nuestra perspectiva.”

La palabra cisgénero se refiere a las personas con una identidad de género que coincide con la asignada al nacer, la cual normalmente responde al sexo de la persona. Hombres cisgénero y mujeres cisgénero. La cisheteronormatividad es el sesgo cultural que favorece a las personas cisgénero y heterosexuales por el hecho de serlo, entendiendo estas expresiones de identidad y orientación como las ideales o esperadas. Entonces, si una persona cisgénero es la que encuentra su identidad de género en la que se le asignó al nacer, a la persona transgénero le sucede lo contrario; la identidad de género con la que se ha dado cuenta que se identifica no coincide con la que se le asignó al nacer, y por lo tanto, probablemente tampoco coincide con el sexo con el que nació.

El papel de las personas cisgénero constituye una parte fundamental de las redes de apoyo necesarias para que las personas trans se desarrollen de forma integral. Paola es testimonio de esta necesidad:

“Es un tema bien difícil porque el tema de las personas heterosexuales, en primera yo les diría que investigaran, que no vivieran en la ignorancia, en el desconocimiento. Al igual que yo que pregunten porque sí, pues yo también vivía en ese mundo cisgénero, donde siempre me decían, “es que tú tienes que ser hombre, tienes que irte por esta línea, no te maquilles, no te pongas, no esto” y yo decía, “¿por qué no?”, o sea, cuando rompes ese molde y tu familia te apoya y ven que eres feliz y ven que eres tú misma, lo demás no importa.”

La invitación de Paola a no morir en la ignorancia necesita ser escuchada, pues para las personas trans se traduce en no morir en la mentira, a vivir en su verdad.

La discriminación no es el único punto en común en el que se encuentran las voces en este reportaje. Angie se percibe más genuina, con el paso del tiempo ha visto surgir su verdadera personalidad, fuera de las casillas de la masculinidad impuesta. Paola logró ver con mayor claridad su proyecto de vida en la comunidad que ha ayudado a construir. Daviana fortaleció las relaciones que tenía y se siente orgullosa de quien es y de lo que siente. Y Ander pudo conectar de manera más profunda con su familia y sus amigos, se siente protegido.

Han encontrado autenticidad, vida y resistencia.

*Luis Mario Rodríguez es estudiante de la carrera de Comunicación en la Universidad Iberoamericana Torreón

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