El gobierno de Estados Unidos condenó a 35 años de prisión a Jaime González Durán, mejor conocido como El Hummer, uno de los fundadores del temido cártel de Los Zetas, acusado de traficar toneladas de cocaína y marihuana desde México hacia territorio estadounidense.
La corte federal en Washington, D.C., también dictó que González Durán pague una multa de 792 millones de dólares, resultado de los beneficios obtenidos por su participación en el crimen organizado. La sentencia marca un hito dentro de la ofensiva internacional contra las organizaciones del narcotráfico más violentas.
UN PASADO MILITAR AL SERVICIO DEL NARCOTRÁFICO
El Hummer, de 49 años, fue miembro del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (GAFE) del Ejército Mexicano, y uno de los primeros desertores que fundaron Los Zetas como brazo armado del Cártel del Golfo, allá por inicios de los años 2000.
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Durante su actividad criminal, controló plazas clave como Matamoros, Reynosa y Miguel Alemán, en la frontera norte, donde desplegó estrategias militares para asegurar rutas de tráfico de droga y armas.
Según documentos del Departamento de Justicia de EU, en noviembre de 2008 las autoridades mexicanas confiscaron en una bodega controlada por González Durán un arsenal de guerra, que incluía:
• 540 rifles de alto poder
• 165 granadas
• 500 mil cartuchos de munición
• 14 varillas de explosivo tipo TNT
Este arsenal, usado para intimidar rivales y asegurar cargamentos, mostró el alto grado de militarización del cártel.
INTERCEPCIONES, DÓLARES Y EVIDENCIAS CLAVES
Uno de los momentos decisivos en la investigación fue en mayo de 2007, cuando autoridades interceptaron comunicaciones en las que González Durán coordinaba el traslado de 1.5 millones de dólares en efectivo desde McAllen, Texas, hacia México, ganancias directas del narcotráfico.
Estas evidencias fueron fundamentales para la apertura de un proceso judicial y una orden de captura internacional que culminó con su extradición en octubre de 2022.
JUSTICIA INTERNACIONAL EN ACCIÓN
El caso fue liderado por la División Houston de la DEA, que coordinó esfuerzos con la Oficina de Asuntos Internacionales del Departamento de Justicia y las autoridades mexicanas.
Según Matthew R. Galeotti, jefe de la División Penal del Departamento de Justicia:
“Esta sentencia es un mensaje claro a los grupos criminales: llevaremos ante la justicia a quienes amenacen la seguridad del pueblo estadounidense, sin importar su poder o ubicación”.
Por su parte, William Kimbell, agente especial interino de la DEA en Houston, destacó:
“Durante años nuestros agentes rastrearon a El Hummer. Hoy rendirá cuentas por introducir drogas letales a EU y asesinar a quienes se interpusieron en su camino”.
LOS ZETAS: DE FUERZAS ESPECIALES A NARCOTERRORISTAS
El cártel de Los Zetas nació a partir de la deserción de militares altamente entrenados. A diferencia de otros grupos, su accionar fue marcado por extrema violencia, armamento sofisticado y tácticas de guerra.
Jaime González Durán fue uno de sus comandantes más letales, y bajo su mando se consolidó una red binacional de narcotráfico, extorsión, secuestro y homicidio.
DATOS CURIOSOS Y CONTEXTO CLAVE
• El Hummer fue arrestado originalmente en 2008 en Reynosa, Tamaulipas, por fuerzas mexicanas, pero permanecía en proceso legal hasta su extradición.
• Se estima que durante su tiempo en activo, González Durán facilitó el ingreso de más de 10 toneladas de cocaína a EE.UU.
• Los 792 millones de dólares que deberá pagar están calculados en función de las ganancias estimadas por sus operaciones delictivas entre 2000 y 2008.
• La operación judicial se enmarcó dentro del programa “Recuperemos América”, que busca desmantelar redes criminales transnacionales.
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UN PASO IMPORTANTE EN LA LUCHA BINACIONAL CONTRA EL NARCO
La sentencia contra El Hummer es una victoria jurídica y moral tanto para Estados Unidos como para México, pues representa la caída de uno de los operadores más violentos y emblemáticos del narco moderno.
Aunque Los Zetas como grupo han perdido fuerza, sus estructuras continúan fragmentadas y activas. El mensaje es claro: la justicia internacional tiene memoria, alcance y persistencia, y ningún líder criminal está fuera del radar.
