El médico Salvador Plasencia, implicado en el caso del actor Matthew Perry, quien murió por sobredosis en octubre de 2023, se declaró culpable de haberle suministrado ketamina, sustancia a la que el intérprete era adicto.
La declaración se realizó hoy 23 de julio ante la corte, donde Plasencia aceptó cuatro cargos por distribución ilegal del fármaco y confesó haberle administrado la droga semanas antes de su fallecimiento. También admitió que el uso de la ketamina no tenía fines médicos legítimos.
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Por estos delitos, podría enfrentar una condena de hasta 40 años de prisión (10 por cada uno). La audiencia de sentencia ha sido programada para el 3 de diciembre.
PLASENCIA ENTREGARÁ SU LICENCIA MÉDICA
Como parte de un acuerdo alcanzado en junio, Plasencia deberá entregar su licencia médica en un plazo de 30 a 45 días, señala la Oficina del Fiscal de Estados Unidos. Mientras tanto, permanecerá en libertad bajo fianza.
Gracias al pacto, se le retiraron los cargos por falsificación de expedientes y otras acusaciones adicionales por distribución.
Plasencia operaba una clínica de urgencias en Los Ángeles. Además de él, hay otros cuatro implicados en el caso: el médico Mark Chávez, quien le proporcionaba la sustancia; Jasveen Sangha, apodada ‘La reina de la ketamina’, acusada de almacenar y distribuir la droga; Erik Fleming, intermediario; y Kenneth Iwamasa, asistente personal del actor.
Chávez, Iwamasa y Fleming ya se declararon culpables. Sangha, en cambio, mantiene su postura de no culpabilidad. Hasta ahora, ninguno ha recibido sentencia.
PLASENCIA INVENTÓ UN PLAN MÉDICO PARA PERRY
Las autoridades señalan que, tras la muerte de Perry, Plasencia intentó encubrir su responsabilidad con un falso plan de tratamiento. También se revelaron mensajes en los que hablaba con otro médico sobre su relación con el actor, escribiendo: ‘Me pregunto cuánto pagará este idiota… Vamos a averiguarlo’, en septiembre de 2023, un mes antes del fallecimiento.
De acuerdo con la investigación, cada inyección de Ketamina costaba apenas 12 dólares, pero se llegó a cobrar más de 200 veces ese valor: 55 mil dólares por 20 aplicaciones.
Los médicos instruyeron al asistente sobre cómo administrar la sustancia.
De hecho, fue Iwamasa quien aplicó la última dosis con una jeringa proporcionada por Plasencia. Luego, preparó un jacuzzi para el actor y salió a hacer unos mandados. Cuando volvió, Matthew Perry ya había perdido la vida.
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El actor habló públicamente sobre su lucha contra las adicciones. Pasó por rehabilitación en 15 ocasiones y llegó a gastar alrededor de nueve millones de dólares en tratamientos, según relató en su libro de memorias.
