Eran alrededor de las 10 de la mañana cuando el denso humo y los desesperados gritos de auxilio de Tania, desde la ventana de su casa, alertaron a los vecinos de la calle Orión, en la colonia Satélite Norte.
Las llamas, que al parecer habían comenzado en el exterior de la vivienda, se propagaron rápidamente, generando una gran cantidad de humo que dificultaba la salida de Tania y sus dos hijos pequeños, Camila, de 7 años, y Jordan, de apenas 2 años. Ante la desesperación, Tania envolvió a los niños en una cobija y los escondió bajo una cama, tratando de protegerlos de las llamas.
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La densa nube de humo impidió que los vecinos pudieran ver a Tania o a sus hijos, aunque el sonido de sus gritos desesperados los mantenía al tanto de la tragedia que se estaba desatando dentro de la casa.
Magda, vecina de enfrente, fue una de las primeras en percatarse del siniestro. Inmediatamente hizo un llamado al 911, pero, según relató, la conexión con los operadores tardó varios minutos.
“La muchacha nos gritaba desde la ventana pidiendo ayuda, nosotros les decíamos a las autoridades que vinieran rápido”, contó Magda.
Alondra, quien también vive en la zona, comentó que su abuelo fue de los primeros en alertar a la comunidad sobre el incendio. Después de hacer su propia llamada a emergencias, dijo que el tiempo de respuesta fue de casi 30 minutos, a pesar de que la estación de bomberos más cercana se encuentra a solo 3.5 kilómetros, a unos seis minutos en coche.
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Teresa, otra vecina, señala que ella advirtió a los vecinos para que ayudarán a sofocar las llamas y cuando Tania pidió ayuda desesperada desde la ventana de una de las habitaciones, le sugirió que se dirigiera al patio, pero después de unos minutos ya no se escuchó nada más.
En un esfuerzo por contener las llamas, los vecinos utilizaron cubetas y tinacos para tratar de sofocar el fuego. Juan Pablo, un joven que vivía en una cuadra cercana, fue uno de los primeros en llegar, descalzo y sin camiseta, todavía en pijama, se subió al techo de la casa y volcó el tinaco con todas sus fuerzas, lo que ayudó a extinguir gran parte del fuego.
Para ese momento, los bomberos aún no habían arribado.
La casa estaba completamente llena de humo negro, lo que dificultaba la visibilidad. Uno de los policías tumbó la puerta de la entrada, permitiendo que ingresarán al domicilio en busca de Tania y de sus dos pequeños hijos, quienes fueron localizados ya sin signos vitales.
“Les decíamos que Tania y los niños estaban adentro, pero ellos nos decían que no había nadie. La desesperación fue terrible, porque sabíamos que Tania estaba dentro”, relató Magda.
Los elementos de bomberos llegaron alrededor de 30 minutos después de que los vecinos hicieron las llamadas de auxilio, solo para extinguir las últimas llamas, pues gran parte del trabajo ya había sido realizado por los residentes. Al mismo tiempo arribó el personal del Sistema de Atención Médica de Urgencias (SAMU), quienes reanimaron a la joven y la trasladaron al nosocomio.
Los vecinos señalaron que, aunque no tenían una relación cercana con Tania y los niños, se saludaban cordialmente al cruzarse por la calle. En la casa también vivían su suegra y su pareja, padre de los niños. Actualmente, Tania se encuentra hospitalizada en estado grave, mientras su familia llora la irreparable pérdida de los pequeños Jordan y Camila.
“Si los bomberos hubieran llegado a tiempo, tal vez todavía tendríamos a Jordan y a su hermana Camila”, expresaron los vecinos.