La mañana del miércoles 18 de junio, dos ciudadanos intervinieron para que una persona no se lanzara de un puente peatonal al sur de Saltillo. Abdiel y María frenaron el intento en vía pública.
Dos días antes, el lunes 16 de junio, dos policías convencieron y apoyaron a una mujer –que en medio de una situación de crisis– intentó lanzarse desde el distribuidor vial El Sarape.
La media noche del sábado 14 de junio, una llamada ciudadana al 911 alertando sobre un hombre en el Distribuidor Vial, terminó por salvarle la vida a una persona de 40 años. Policías persiguieron, detuvieron y apoyaron a quien deambulaba al norte de Saltillo.
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Tres hechos en vía pública en menos de una semana, más allá de lo cuantitativo, observemos lo cualitativo: tres acciones que salvaron vidas.
¿QUÉ PASA A NIVEL MACRO? SALTILLENSES UNIDOS POR EL AGUA, ACCIDENTES… Y PALESTINA.
Estudiantes y ciudadanos tomaron uno de los principales Bulevares el lunes 9 de junio. Dos días después, un esténcil generó más efectos en la conversación. Para el sábado 14, el poder de convocatoria terminó en una manifestación masiva en la Plaza Nueva Tlaxcala: más personas, más voces, misma causa.
La comunidad biker se hizo escuchar ante la falta de avances en la investigación por la muerte de Jonathan. Motociclistas de Monterrey, Parras, Ramos Arizpe y Saltillo llegaron a la cita en el Distribuidor El Sarape el viernes 13 de junio.
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La convocatoria a un Mitin en solidaridad con Palestina desató una intensa conversación digital: críticas, señalamientos por la lejanía y burlas. El Mitin, que también invitaba a solidarizarse con los migrantes, desató la ida y vuelta de acusaciones, descalificación a la manifestación por considerar el conflicto lejano y ajeno; en contraste con los intentos de proporcionar contexto histórico, conciencia sobre la participación local en otras acciones, como la más reciente colectiva: la lucha por el agua.
¿POR QUÉ IMPORTA?
En medio de una fricción por protestas en la ciudad, microacciones como estas de rescate revelan hilos de esperanza. No son incidentes aislados; son prototipos de una ciudad resiliente y colaborativa que, estaría salvandose a sí misma. ¿Seguimos siendo esa sociedad pasiva que tanto se señala o es momento de observar las nuevas formas en que Saltillo se organiza y actúa?
¿QUÉ SIGUE?
Estas señales –desde el rescate individual hasta la movilización colectiva por diversas causas– muestran una ciudad activa y posible redefinición. La pregunta ya no es si Saltillo se mueve, sino cómo estamos interpretando estas nuevas formas de participación.
¿Y si ajustamos el lente de observación? Quizá solo así podremos entender la verdadera esencia de la auto-salvación de Saltillo y acercarnos a la co-creación de un futuro donde la colaboración y la resiliencia no sean solo aspiraciones, sino las posibilidades.
* Contexto foto de Portada:
La imagen es inspiración a raíz de un comentario real, dejado en el post de Vanguardia sobre la Convocatoria para Palestina.
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