“¡Qué mujer! Me gustaría ir a la cama con ella”. Eso le dijo en la fiesta un invitado a otro. Montó en cólera este otro y exclamó indignado: “¡Oiga usted! ¡Esa mujer es mi esposa!”. El insolente se apresuró a aclarar: “Pagando, claro”… Una chica recién casada le hizo un comentario de carácter íntimo a su vecina, señora ya de edad. Le dijo: “Entre acto y acto mi esposo se fuma un cigarrito”. Suspiró la señora y declaró: “Mi marido se fuma una cajetilla diaria, y entre acto y acto se fuma aproximadamente 100”… Es imposible dejar de hablar de don Chinguetas. Sus devaneos son cotidianos, y cotidiana ha de ser, por tanto, su reseña. Ayer llegó a su casa en altas horas de la noche oliendo a perfume barato y con el cuello de la camisa lleno de manchas de bilé, o sea de pintalabios. La esposa del casquivano señor lo recibió con justificado enojo: “¿Por qué vienes a estas horas?”. Respondió el tarambana; “Estuve trabajando en la oficina”. “¡Mientes! –profirió doña Macalota, que así se llama la consorte del liviano tipo–. ¡Eres un desvergonzado!”. Opuso don Chinguetas: “No lo soy. Si lo fuera te habría dicho la verdad”… Babalucas fue con su amigo Bradomino al Bar Ahúnda. El tal amigo es un hábil seductor, diestro en el trato con las damas. Así, el tal Bradomino entabló rápida conversación con una linda chica que en la barra bebía su copa. Le propuso: “Di un número del 1 al 5”. La muchacha, divertida, respondió: “Tres”. “¡Acertaste! –le anunció alegremente el avieso galán–. Yo soy el premio. Tienes derecho a ir conmigo a donde quieras”. Y juntos salieron del bracete. Babalucas, admirado por la pericia de su amigo, se propuso imitarlo y hacer lo mismo que él. Se dirigió a su guapa vecina de asiento y le pidió: “Di un número del 1 al 5”. La damisela, sonriendo en muestra de accesibilidad, contestó: “Cuatro”. “Lástima –se afligió Babalucas–. Te pasaste por uno. No hay premio”… Una pulguita le preguntó a otra: “¿Crees tú que haya vida en otros perros?”… Primer acto: Una mujer tuvo 8 hijos con un individuo pelirrojo. Segundo acto: Otra mujer tuvo 10 hijos con el mismo sujeto pelirrojo. Tercer acto: Otra mujer tuvo 12 hijos con el mismo tipo pelirrojo. ¿Cómo se llama la obra? Respuesta: “El Gran Cañón del Colorado”… Lo peor que le puede suceder a un profeta es que su profecía se cumpla. Yo he sido siempre un arúspice chambón. No soy capaz de vaticinar ni siquiera lo que ya pasó. Pero no hace muchos días auguré que Trump removería de su cargo al embajador Ken Salazar, y para sustituirlo enviaría a México a otro representante suyo más duro y menos diplomático. Se cumplió la predicción, y eso me lleva a pensar que el futuro ocupante de la Casa Blanca no se limitará ya sólo a ladrar, sino que morderá también. No quiero ser pesimista –eso equivale a decir “no quiero ser realista”–, pero la nominación de Ron Douglas Johnson, como el eventual embajador de Estados Unidos en nuestro país, anuncia el endurecimiento de las posiciones de Trump en relación con su vecino del sur, o sea, con nosotros. El nominado es ante todo un militar. Fue miembro de las Fuerzas Especiales del Ejército, y ha sido oficial de la CIA. Su formación es la de un soldado, no la de un diplomático. Eso debe alertar al gobierno de la 4T, de modo de preparar desde ahora estrategias y tácticas para hacer frente a un eventual enfrentamiento con el belicoso Trump, quien ahora nos envía a alguien relacionado muy de cerca con el belicismo. Lejos de mí la temeraria idea de presagiar conflictos, pero una cosa debo señalar: el que se va trae sombrero, y el que viene trae boina verde… FIN.
Predicción cumplida: Trump no sólo ladrará, ahora también morderá
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