Los oficiales que arriesgaron su vida para ingresar al domicilio incendiado en la calle Orión no pensaron en que no contaban con equipo de bomberos ni en su propia integridad. Lo único en lo que se enfocaron fue en cumplir con el lema de la Policía Municipal: “Proteger y servir”. Por ello, ingresaron a la vivienda en llamas con la esperanza de rescatar al menos a una persona, ya que lamentablemente dos menores perdieron la vida.
El incendio fue reportado alrededor de las 10 de la mañana en la colonia Satélite. Al lugar acudieron dos elementos de la UNIF, Felipe Granados y Salomé Moreno Mancillas, quienes se encontraban atendiendo un reporte en la zona.
Al mismo tiempo, llegaron también dos elementos de la Policía Preventiva asignados a la delegación poniente: Juan Carlos Salazar Flores y David Chávez González. Entre los cuatro ingresaron al domicilio, ya que se les había informado que había dos menores atrapados. Sin embargo, el humo y las llamas dificultaron gravemente las labores de rescate.
El oficial con más experiencia es Salomé, con 25 años de servicio; los demás compañeros cuentan con entre ocho y diez años de trayectoria. Gracias a ello, lograron mantener una buena coordinación con un objetivo claro: sacar a las personas atrapadas.
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“Como no había acceso directo, entramos por la casa de una vecina. Con lo que pudimos, tumbamos la puerta para ingresar. Ya adentro, un compañero sacó el tanque de gas para evitar una posible explosión”, relató el oficial Salomé. “No se veía nada por el humo. Ya con los bomberos presentes, vimos que sacaron a los menores que estábamos buscando. Se pidió ayuda por radio, pero aún faltaba la señora. Por eso volví a ingresar y la encontré tirada en el piso. Pedí ayuda para sacarla porque yo también ya me estaba sofocando”, comentó el oficial Felipe.
Así, entre los cuatro oficiales —Salomé, Felipe, Juan y David— lograron sacar a la mujer, mientras los bomberos brindaban atención a los menores de siete y dos años, quienes desafortunadamente perdieron la vida por intoxicación. Gracias a la valentía y rápida acción de los oficiales, se evitó una tragedia aún mayor, ya que la mujer, aunque en estado grave, fue rescatada y trasladada de inmediato a un hospital.
Los uniformados comentaron que no es la primera vez que enfrentan situaciones en las que arriesgan su vida. Aun así, aseguran que su deber es ayudar a quien lo necesite, incluso si eso implica poner en riesgo su integridad. Conmovidos, lamentaron no haber podido hacer más para salvar a los menores. Con lágrimas en los ojos, afirmaron que hicieron todo lo que estuvo en sus manos y que, si se repitiera una situación similar, volverían a arriesgar su vida sin pensarlo.
