
Cuando alguien teje con frecuencia llega un momento, ya con la pieza muy avanzada, que encuentra que se ha equivocado en alguna puntada o cambio o vuelta. Darse cuenta del error es solamente el primer paso en un proceso inevitable. El tejedor tendrá que determinar si el error es algo que puede permanecer sin problema, o si es un error que afecta la funcionalidad de la pieza. Tal vez se quedará y tal vez veremos al tejedor destejer un pedazo más que menos considerable para volver a comenzar de ese punto para adelante. También es cierto que a veces la pieza ya terminada no será de nuestro agrado y la desharemos por completo, o la archivaremos y no la usaremos. Puede ser que la frustración nos llevará a dejar de tejer y tomar otro pasatiempo.



