“La animación no es un género para niños, es un medio para el arte”, dijo Guillermo del Toro hace un par de años. El realizador mexicano ha sido uno de los principales promotores de los nuevos talentos de la animación en nuestro país, y no solo lo hace a través de estímulos financieros como becas y programas de apoyo, sino también mediante la promoción de los proyectos que llegan a las pantallas, como “Soy Frankelda”.
“El primer largometraje en stop motion 100% mexicano que enamoró a Guillermo del Toro”, promociona Cinépolis —su distribuidora— sobre el largometraje de los hermanos Arturo y Roy Ambriz, que tuvo su presentación estelar el fin de semana en el Teatro Matamoros. Visiblemente conmovidos por el lleno total de la sala y la emoción de los presentes, los realizadores agradecieron el interés y reconocieron el esfuerzo del festival.
“Van a ser los primeros en ver este primer corte; esperamos que les guste y que sientan este trabajo de tantas personas mexicanas que hicimos esta película”, expresaron los hermanos antes de que se apagaran las luces, previo a su estreno nacional, que contará con más de 500 copias en todo el país el próximo 23 de octubre.
Los realizadores se dieron la oportunidad de recibir preguntas del público más allá de las tradicionales actividades de prensa que se llevaron a cabo durante el domingo. Un pequeño les preguntó cómo fue el proceso de creación de los personajes de la cinta de fantasía.
“Nuestras marionetas las hacemos todas a mano, aquí en México. Ustedes también podrían hacer stop motion con plastilina. No nos gusta estar detrás de una computadora; nos encanta estar esculpiendo, pintando, tener las manos manchadas de óleo, de arcilla, y por eso hacemos esta técnica de animación”, confesó Roy Ambriz, quien junto a su hermano recibió la ovación del público.
Noche de perritos
La fantasía de la animación se convirtió en una conmovedora realidad gracias a la visita de Pablo Berger, director de la ovacionada Mi amigo robot, al Festival de Cine de Morelia. La cinta, que estrenó el año pasado y se convirtió en un éxito rotundo de taquilla en nuestro país, sigue produciendo magia. Ahora tuvo una función muy especial al aire libre, en la que el público pudo llevar donaciones de croquetas para perros y gatos, destinadas al albergue GHAPAD (Generando Hogares de Amor para Animales Desprotegidos A.C.), para la alimentación de los animales bajo su resguardo.
“El éxito de Mi amigo robot en México fue gracias a todos vosotros. El mayor premio que ha tenido Robot Dreams es el casi millón de espectadores y vuestro cariño. Para mí el cine es soñar despierto y quiero que soñéis, que tengáis un sueño. La película nunca pertenece al director: es vuestra, ya no es nuestra”, dijo Berger ante su público, no solo integrado por humanos, sino también por cachorros que disfrutaron de la entrañable animación.
Apoyo en concreto
En esta edición del FICM se presentó un ciclo especial con los cortometrajes reconocidos con la beca Animéxico, un esfuerzo conjunto de Guillermo del Toro, Alejandro Ramírez —director general de Cinépolis y presidente del FICM— y la escuela de animación Gobelins de París.
“Nueve jóvenes animadores de distintas edades y rincones de México han encontrado en la Beca ANIMÉXICO un camino para mostrar su talento en el escenario más alto de la animación mundial. Esa pluralidad de trayectorias es la prueba de que la creatividad no tiene fronteras ni etiquetas. Para mí es un orgullo ver cómo cada uno de ellos lleva consigo la riqueza de nuestro país y confirma que el futuro del cine se construye con diversidad, trabajo y sueños”, expresó Guillermo del Toro a través de la comunicación del festival.
En el evento estuvieron presentes Alejandro Ramírez y Pablo Baksht, productor y coordinador de FICM Presenta.