
Hace unos días, en un evento público, un hombre se acercó a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, y de forma cobarde tuvo contacto indebido, constituyendo acoso sexual, pero más allá del hecho que es a todas luces reprobable por atacar a una mujer, no solo a la Presidenta, también nos demuestra las fisuras en el aparato de seguridad de la mandataria.



