La región más fortificada de Ucrania se ha convertido en el punto central de las conversaciones de paz para poner fin a la guerra, y según se informa, el líder ruso Vladimir Putin exige que Kiev ceda todo el territorio a Moscú.
Pero la región de Donestk —que es más pequeña que Massachusetts y tiene una población de unos 4 millones de personas— ha estado en el centro de algunos de los combates más brutales de la guerra, y el Kremlin no ha podido tomar el control de toda la región después de más de tres años y medio.
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Una fuente familiarizada con la reunión del viernes entre Putin y el presidente Trump describió las negociaciones sobre el destino de Donetsk como “el juego de pelota”.
“Cada asunto es un asunto secundario, excepto Donetsk”, dijo anteriormente la fuente.
Los funcionarios ucranianos y los observadores occidentales sostienen que entregar el territorio sin luchar no debería ser una opción.
George Barros, jefe del equipo ruso del Instituto para el Estudio de la Guerra, un centro de estudios con sede en Washington, dijo que ceder el territorio sería jugarle el juego a Putin y dejaría a Ucrania vulnerable a un futuro ataque.
Calificó tal medida como una “propuesta tonta”.
Rusia ha estado desesperada por el control total de la región fronteriza de Donetsk, rica en carbón y minerales, desde que Moscú apoyó una rebelión de líderes amigos de Moscú en el óblast en 2014.
Las tropas del Kremlin ocupan actualmente alrededor del 70% de Donetsk.
El control ruso de otras regiones en disputa, incluida Luhansk, es más completo.
Moscú había reconocido previamente las regiones como la “República Popular de Donetsk y Luhansk” antes de lanzar la invasión de 2022.
A pesar de sus avances en el frente, a Rusia le ha resultado cada vez más difícil tomar todo Donetsk, y el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, afirma que sus fuerzas aún controlan las ciudades estratégicas de Sloviansk y Kramators, que han servido como un “cinturón de fortaleza” para protegerse de los combatientes de Moscú.
La incapacidad de Moscú para hacer avances adecuados y mantener el territorio que ha tomado hasta ahora en Donetsk ha revelado claras debilidades en el ejército de Putin, lo que ha llevado al hombre fuerte ruso a apostar toda la región por el deseo de Occidente de un alto el fuego, dijo Barros.
“Putin quiere el territorio que no ha podido conseguir en más de tres años de lucha, territorio que le llevaría más de un año de lucha y sufriría aún más pérdidas”, dijo. “Tiene sentido que exija algo así”.
Según se informa, Putin le dijo a Trump que sus fuerzas podrían conquistar Donetsk en octubre si Ucrania no cedía el territorio como parte de un acuerdo de paz, pero los observadores de Kiev y de Estados Unidos señalan que el Kremlin no ha logrado tomarlo durante más de una década.
“Aunque seamos generosos con los rusos y digamos que pueden mantener su avance actual, que sabemos que no pueden mantener y que han sido rechazados… Rusia tardaría unos 475 días en tomar la totalidad de Donetsk, es decir, diciembre de 2026”, dijo Barros.
Un veterano estadounidense que servía en las Fuerzas Armadas de Ucrania se burló: “¿Donetsk para octubre? Llevan diciendo eso desde febrero del 2022”.
No sólo conceder la victoria en Donetsk le daría a Putin la victoria que ha deseado durante años, sino que también eliminaría la defensa crítica de Ucrania del campo de batalla.
Si se permite que el ejército invasor ruso avance por Donetsk, Ucrania tendrá que “construir urgentemente fortificaciones defensivas masivas a lo largo de las áreas fronterizas de los óblast de Járkov y Dnipropetrovsk, cuyo terreno no es adecuado para actuar como línea defensiva”, advirtió el ISW.
El grupo de expertos finalmente concluyó que si se pierde Donetsk, Rusia tendría el punto de lanzamiento perfecto desde el cual lanzar su próximo ataque.
