WASHINGTON- Cuando Jared Kushner se enteró la semana pasada de que Hamás iba a iniciar conversaciones para liberar a los rehenes israelíes, estaba atendiendo llamadas en su mansión, situada en una isla artificial al norte de Miami. Se subió a su coche y condujo 20 minutos hasta otra mansión, propiedad del multimillonario Steve Witkoff, enviado del presidente Donald Trump para la paz en Medio Oriente.
Jared Kushner no es un diplomático, pero ayudó a cerrar el trato sobre Gaza
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