Por: Belén Solar
Es un buen momento para recordar que México es un país extraordinariamente rico en cultura: desde su música, sus tradiciones, sus fiestas, sus comidas, figuras representativas y, por supuesto, el cine.
En nuestras manos, como ciudadanos de este bello país, está el preservar y seguir fomentando esta cultura que nos representa y que nos destaca del resto del mundo.
Hablando, especialmente, del cine mexicano, es necesario saber que el pasado día 15 de agosto se conmemoró el Día Nacional del Cine Mexicano. Probablemente, muchos desconocíamos que existía esta fecha, pero resulta agradable y reconfortable saber que se reconoce y conmemora al cine mexicano, un arte tan infravalorado por los mismos mexicanos.
Si bien es cierto que nos encontramos con momentos intermitentes en los que la calidad del cine deja mucho que desear, no podemos pasar desapercibidas aquellas películas que dejaron huella y son, hasta la fecha, íconos y leyendas que siguen acompañándonos y siendo motivo de opiniones y de nuestra representación como mexicanos.
En años más recientes, entre los títulos más destacados de películas mexicanas, podemos encontrar desde comedia como en «No manches, Frida», drama como en «Amar te duele» y «No se aceptan devoluciones», los cuales, a pesar de que las tramas han llegado a ser atacadas debido a su desarrollo y actuaciones, se destaca la picante comedia mexicana, con nuestro vocabulario único y florido, así como nuestros modismos; y el drama, que puede llegar a retratar a la perfección la situación o vida de una familia promedio mexicana.
También contamos con animación de la mano del estudio mexicano Huevocartoon, que nos trajo «Una película de huevos» y todas sus secuelas protagonizadas por los emblemáticos huevitos parlanchines, así como Ánima Estudios, a quien le debemos la franquicia de la «Las leyendas», en donde nos cuentan una nueva versión de éstas con toques de un México más antiguo y personajes alusivos.
Otros títulos, como «La ley de Herodes» y «La dictadura perfecta», satirizan y exponen de manera perfecta al gobierno y otros, como «Rojo amanecer», retratan sucesos ocurridos que impactaron a toda la nación (en este caso, «Rojo amanecer» relata una versión de los eventos ocurridos el día 2 de octubre del año 1968).
Incluso, en el género de terror, tenemos obras maestras como «Hasta el viento tiene miedo», «El libro de piedra» y «Más negro que la noche» los cuales, pese a los efectos de sus respectivos años, logró causar un impacto y generar auténtico terror en varias generaciones, convirtiéndose además en películas de culto en México.
Por supuesto, no podemos olvidar a la adorada Época de Oro del Cine Mexicano.
Esta época fue el parte aguas para darle cabida a muchas más películas, demostrando el talento y nivel actoral, de dirección. guiones, efectos, vestuario y demás que existe en México.
El cine de la Época de Oro nos dejó historias llenas de romance, comedia, drama, batallas durante la independencia y revoluciones, música y actuaciones excepcionales. Mencionar algunos títulos no le haría justicia a la gran historia de esta maravillosa época; por otro lado, estos dejaron inmortalizados en la historia mexicana grandes actores y actrices. Desde galanes carismáticos como Pedro Infante, Luis Aguilar y Jorge Negrete. Mujeres hermosas y empoderadas como María Félix, Dolores Del Río y Elsa Aguirre. Otros tantos más, que interpretaron grandes personajes: algunos de ellos, la Dinastía Soler, Joaquín Pardavé y Sara García «La Abuelita de México». Nos dio cómicos que además cantaban, como Germán Valdés, mejor conocido como Tin-tan e, incluso, dúos como Los Polivoces (Eduardo Manzano y Enrique Cuenca); Viruta y Capulina (Marco Antonio Campos y Gaspar Henaine); Manolín y Shilinsky (Manuel Palacio y Estanislao Shilinsky).
Pese a que muchos consideran estas películas como «un churro», con «comedia exagerada» y «drama innecesario», el cine de la Época de Oro es una belleza que nos regaló grandes historias, magníficas actuaciones y canciones de lujo. Todas son una pizca, una demostración de lo que está hecho nuestro querido México. Ahora esos actores ya no están, pero su actuación y sus canciones quedaron grabados en y para la historia.
Sigamos recordando y difundiendo películas de la Época de Oro Mexicana; démosles la oportunidad al Nuevo Cine Mexicano y, fuera de todo, disfrutémoslas.
Celebremos el reconocimiento de estas producciones y apoyemos su difusión; después de todo, forman parte de nuestra cultura, la cual también retratan en sus tramas, demostrando que la magia y las grandes historias también nacen en México.