Mientras el gobierno de la Cuarta Transformación insiste en enarbolar los principios de austeridad y cercanía con el pueblo, varios de sus altos funcionarios parecen haberse tomado un respiro —literal y figuradamente— en algunos de los destinos más lujosos del mundo.
El caso más reciente es el de Mario Delgado Carrillo, actual secretario de Educación Pública, quien fue fotografiado en el exclusivo restaurante del hotel Pousada de Lisboa, en Portugal. Las imágenes fueron difundidas por el periodista Claudio Ochoa Huerta, quien lo calificó como “uno de los lugares más exclusivos de Portugal” y criticó con ironía en redes sociales: “Qué verano de ensueño para los morenistas en Europa. Que la presidenta siga diciendo misa sobre austeridad”.
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Delgado no es el único. Este verano, varios integrantes del oficialismo han sido captados disfrutando de lujos que contrastan con el discurso oficialista. Ricardo Monreal, coordinador parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados, fue visto desayunando en el hotel Rosewood Villa Magna en Madrid, un establecimiento cinco estrellas que ofrece desde autos BMW eléctricos hasta servicio de mayordomo y spa de primer nivel.
También se suma el diputado Enrique Vázquez, quien apareció en videos en el antro “Lío” en Ibiza, famoso por sus cenas-show, mesas VIP con atención personalizada y ambiente de ostentación. En México, el líder sindical Pedro Haces Barba celebró su cumpleaños 60 en el hotel St. Regis de la Ciudad de México, acompañado de figuras morenistas como Dolores Padierna, Sergio Gutiérrez Luna y Arturo Ávila, en un entorno con bar privado, spa y experiencias gourmet.
Ni las costas italianas escaparon a esta ola de escapadas de lujo. En Capri, el senador suplente Miguel Ángel Yunes Linares fue grabado celebrando entre langosta, champaña y mariachi en el exclusivo Club de Playa Conca del Sogno, que presume plataformas VIP sobre acantilados y acceso privado al mar Tirreno.
Estas escenas de placer, lujo y ostentación han generado fuerte controversia en redes sociales, pues retratan una vida de privilegios entre los cuadros de la autoproclamada “transformación”, en un contexto nacional marcado por la inseguridad, el rezago educativo y profundas carencias sociales.
La narrativa de la austeridad, al parecer, no llegó al verano de los funcionarios de Morena.
