La oposición venezolana y distintos presidentes han cuestionado los resultados de las elecciones que dieron por ganador a Nicolás Maduro, quien continuaría en el poder por seis años más, recién se dieran a conocer los resultados: según el Consejo Nacional Electoral (CNE), Nicolás Maduro ganó con un 51,20% y el opositor Edmundo González quedó segundo con un 44,2%.
La líder opositora venezolana, María Corina Machado, fue enfática y aseguró que nadie en la oposición venezolana reconoce la victoria de Maduro. Declaró que se trató de un fraude y que el presidente electo fue González.
La líder opositora María Corina Machado aseguró que lucharán “hasta el final” para mostrar la verdad de lo que sucedió el pasado 28 de julio, en las elecciones de Venezuela. Las encuestas de opinión pública habían adelantado que Edmundo González sería el ganador, pero los resultados fueron distintos, algo que generó un profundo descontento en varios sectores del país.
Maduro había prometido respetar el resultado de las elecciones, algo que distintos líderes del mundo le habían solicitado previo al día de elecciones.
Incluso, Lula da Silva, presidente de Brasil, le dijo a la prensa que Maduro debía entender que “cuando ganas, te quedas. Cuando pierdes, te vas. Me asustaron los comentarios de Maduro de que Venezuela podría enfrentar un baño de sangre si pierde”.
Pero ahora, con los resultados del CNE “validados”, son muchos los presidentes —incluso de gobiernos de izquierda— que cuestionan la veracidad de los datos. “El régimen de Maduro debe entender que los resultados que publica son difíciles de creer”, escribió el Presidente Gabriel Boric. “Desde Chile no reconoceremos ningún resultado que no sea verificable”.
En Chile, se cree que han llegado cerca de 800.000 venezolanos en los últimos años. Y, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), se estima que 7.7 millones de venezolanos migraron a distintos países en búsqueda de una mejor calidad de vida. Tras el triunfo del candidato chavista, los expertos temen que la ola migratoria se intensifique una vez más.
Tras 25 años de chavismo y más de una década de Maduro en el poder, estas elecciones se dieron, en efecto, en el marco del esfuerzo del gobierno por mostrar que la crisis ya pasó y que en Venezuela está «todo muy normal.
Maduro, por su parte, con apoyo de China y Rusia, apostará a que la espuma baje y a quedar como el presidente de hecho y de derecho. Tras el fracaso de la estrategia Guaidó, reconocer a Edmundo González no aparece en el menú de la «comunidad internacional». Habrá que ver cuál es el plan B opositor y cuál es la pauta para el día después que dejan estas elecciones, en un país donde el poder se ha ido escindiendo del veredicto de las urnas.