El tratado de extradición que México mantiene con Estados Unidos ha permitido a diversos narcotraficantes acceder a beneficios para ellos y sus familias a cambio de proporcionar información sobre sus redes criminales en ambos países y señalar a otros capos o políticos mexicanos involucrados en actividades del crimen organizado.
Especialistas sostienen que la justicia estadounidense se basa en acuerdos para conseguir penas más bajas, mientras que en México el sistema de justicia no permite esa clase de pactos; aunque suelen hacerse de facto, las penas son mucho más altas que en EU.
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Por ello, personajes como Dámaso López Serrano, “El Mini Lic”, y Jesús Vicente Zambada Niebla, “El Vicentillo”, han preferido declararse culpables y “traicionar” a los suyos en México, a fin de conseguir penas menores y protección en EU y así evitar purgar sus condenas en México.
Para Baldomero Mendoza, abogado penalista y académico de la UNAM en materia constitucional, no hay manera de que la justicia mexicana reciba de vuelta a algunos criminales sin que exista la posibilidad de que en EU queden libres o incluso obtengan protección para ellos y sus familias.
Uno de los casos es Jesús Vicente Zambada Niebla, “El Vicentillo”, hijo de Ismael “El Mayo” Zambada, fue detenido en 2009 y extraditado a EU donde se declaró culpable de cargos relacionados con tráfico de drogas en 2013. Así consiguió purgar una pena de 12 años de prisión, y salir con tres años de anticipación.
En febrero de 2024, el semanario Zeta publicó fotografías de “El Vicentillo” en el aeropuerto Ronald Reagan de Washington, en una investigación para la que consultó a fuentes de seguridad tanto en México como en EU, quienes confirmaron que ahora lleva una nueva identidad que le permite vivir en libertad, pero bajo supervisión de las autoridades.