
Desde las cinco de la tarde, el Centro de Saltillo comenzó a transformarse. En la esquina de Victoria y Allende se instaló un toldo con pintacaritas gratuitas, donde niñas y niños esperan aún su turno entre risas, glitter y disfraces. El clima es fresco y el papel picado colgando sobre las calles anuncia una noche de fiesta.



