
El llamado relanzamiento del PAN ha abierto un debate interesante. A partir del mensaje del dirigente, Jorge Romero, muchos discuten ideologías, cuando los partidos viven de los votos, que remite más que todo a un asunto de eficacia. La lectura superficial del crecimiento electoral de la derecha en muchas partes del mundo parece inspirar a quienes en el PAN, por la vía de la doctrina, buscan su recuperación electoral. La pureza doctrinaria puede ser un buen refugio frente al ruido de la polarización, pero no se advierte que en México sea una buena fórmula para ganar votos. Necesariamente, la narrativa o la oferta, simbólica o discursiva, tiene que remitirse a lo que mueve a los votantes, y las ideologías están muy lejos de sus preocupaciones.



