En mi columna anterior hablé de mi visita al Johnson Space Center en Houston, donde una de las principales atracciones es una réplica del transbordador espacial.
Después del (justificado) furor que causó la misión Apollo 11 que llevó al hombre a la Luna por primera vez, es desconcertante lo poco que se aprecian los logros del transbordador espacial, un programa que consistió de seis complejas naves, duró de 1981 al 2001, y realizó 135 misiones con 355 astronautas (306 hombres y 49 mujeres) de 16 países diferentes.
Afortunadamente, hay varios libros fantásticos sobre el tema.
Para mi alegría, se acaba de añadir uno más en forma de novela. “Atmósfera,” escrito por la autora estadounidense Taylor Jenkins Reid, relata el romance entre dos astronautas de la NASA en la década de los 80s, con el programa del transbordador espacial de fondo.
(Uno de los muchos pequeños placeres de un viaje transatlántico es que uno tiene nueve horas para leer.)
Jenkins Reid es parte de nuestra cultura pop reciente. Sus novelas “Daisy Jones And The Six”, “The Seven Husbands of Evelyn Hugo”, y “Carrie Soto is Back” se han adaptado o están en proceso de adaptación como series de televisión. Estas novelas, y un puñado más que Jenkins Reid ha escrito, son bestsellers. También son lo que parte del mundillo literario conoce despectivamente como chick lit.
Para las personas que lo desdeñan, el “pecado” de estas novelas consiste en que giran alrededor de una historia de amor, tratan de temas que interesan a las mujeres, y están contadas desde una perspectiva femenina.
Lo simpático es que los hombres llevan siglos escribiendo desde el punto de vista masculino (¡sorpresa!), y nadie ha estampado sus libros con una etiqueta denigrante.
Pero pensemos en esto: “Anna Karenina” —por ejemplo— es un portentoso retrato de la Rusia Imperial. Pero, aunque está construida sobre lo que una mujer siente y piensa, es una novela escrita por… un hombre.
Lo cual está muy bien. Pero, aunque esta idea quizá le parezca escandalosa a muchos, probablemente, quizá, quién sabe, es al menos igual de interesante que una mujer cuente los deseos, sueños, dudas, y esperanzas de su propio género.
Entender por qué las novelas de Jenkins Reid son un éxito no es difícil.
Además de ser creativas, estar muy bien escritas, ser divertidas, y guardarse siempre varias sorpresas en la manga, muestran diferentes perspectivas de lo que significa ser una mujer en este mundo.
Al hacerlo, ofrecen a sus lectoras puntos de referencia para entender sus propias experiencias. Y resultan fascinantes para los hombres que deseamos entender lo que las mujeres piensan y sienten, la manera en la que ven la vida.