
Permítanme desconectarme del ambiente cotidiano que transitamos y que ocupa parte de mi tiempo al exponerles mis comentarios, los cuales, durante las siguientes dos semanas, estarán envueltos en la tranquilidad e impregnados del recuerdo de “Jesucristo, quien hace dos mil años vino al mundo dispuesto a ocupar el último lugar, y hasta la fecha nadie se lo ha quitado” (Alessandro Pronzato). De igual manera, dentro de esta misma atmósfera, quiero hacer algunas reflexiones para el siguiente año:



