
ESPAÑA- En el ámbito de la ciberseguridad tiene lugar un enfrentamiento, con resultados imprevisibles entre dos actores con un potencial y unas capacidades que superan todo lo conocido hasta ahora: la inteligencia artificial (IA) utilizada con buenas intenciones, o IA buena, y aquella que se emplea con fines delictivos, o IA ‘mala’, según explican dos especialistas consultados por EFE.
El resultado de esta confrontación entre las también denominadas IAs defensivas e IAs ofensivas es imprevisible, según advierten.
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INTELIGENCIA ARTIFICIAL, COMO ESCUDO Y COMO ESPADA
La que podríamos denominar IA ‘buena’ “se utiliza en ciberseguridad como un escudo, ayudando a los sistemas a detectar patrones de comportamiento inusuales al instante y a anticiparse a posibles ataques antes de que causen daño”, explica a EFE Doris Seedorf, directora ejecutiva (CEO) para España de la firma de tecnologías de la información Softtek.
Añade que con el aprendizaje automático, uno de los subcampos de la inteligencia artificial, “los sistemas de defensa se pueden adaptar y mejorar continuamente, lo que permite a las empresas responder de forma más rápida y precisa a las amenazas emergentes y fortalecer su capacidad de adaptarse a las adversidades y ataques digitales y resistirlos”.



