Un video que circula en redes sociales ha puesto bajo la lupa a policía municipal de Torreón, Coahuila, luego de que un agente reaccionara con frustración ante una mujer que acudía nuevamente a denunciar violencia por parte de su pareja.
La grabación, que se viralizó rápidamente, muestra al oficial cuestionando la efectividad de sus acciones con una frase que encendió el debate: “¿De qué me sirve que me lo lleve si a los tres días va a volver?” El tono de la escena refleja tensión y hartazgo, generando reacciones divididas entre internautas y especialistas en temas de seguridad y género.
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Según quienes han compartido el video, la mujer habría solicitado asistencia policial en varias ocasiones, después de que su pareja regresara al hogar tras episodios previos de violencia. Esta recurrencia, argumentan algunos usuarios, explicaría la frustración del agente, que ve cómo su trabajo de intervención muchas veces no se traduce en soluciones duraderas, ya que las personas parecen no valorarse y regresan a su vida de maltrato una y otra vez.
La viralización de la grabación provocó un intenso debate en plataformas como X y TikTok, pues algunos críticos sostienen que la actitud del agente puede generar revictimización, desincentivar futuras denuncias y evidenciar la necesidad de un enfoque más sensible en casos de violencia de género.
LA COMPLEJIDAD PSICOLÓGICA DE SALIR DE UNA RELACIÓN VIOLENTA
Cabe destacar que romper con una pareja que ejerce violencia no siempre es un proceso lineal ni sencillo.
Desde la perspectiva psicológica, muchas mujeres enfrentan dinámicas de dependencia emocional, donde el maltrato se combina con momentos de afecto o disculpas del agresor, generando un patrón de apego difícil de romper. Este fenómeno, conocido como ciclo de violencia, puede incluir episodios de tensión, agresión y reconciliación, que refuerzan la creencia de que la relación puede mejorar y dificultan la decisión de marcharse definitivamente.
Además, factores como el miedo a represalias, la presión social, la falta de redes de apoyo y la baja autoestima derivada del maltrato hacen que las víctimas se sientan atrapadas.
La internalización de la culpa, la normalización de la violencia y la incertidumbre sobre la autonomía económica o la seguridad personal contribuyen a que muchas mujeres regresen con su agresor, incluso después de denunciarlo, perpetuando así el ciclo de victimización y revictimización.