CDMX.- La presidenta Claudia Sheinbaum dio un “golpe certero” al senador Adán Augusto López y, sin querer, a su antecesor Andrés Manuel López Obrador, al desautorizar la retroactividad de la reforma a la ley de amparo, aprobada el viernes en la Cámara Alta.
El revés dado a López Hernández, coordinador de los senadores de Morena, es considerado por el periodista Raymundo Riva Palacio como un manotazo al expresidente, aunque la mandataria no vea que detrás de esa maniobra estuvo el habitante de Palenque.
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“Cuando le empezaron a informar a Sheinbaum sobre la trastada de López Hernández, no los dejó terminar. Quienes supieron de ese momento señalaron que lo interpretó como un desafío del senador y empezó a trazar la ruta para que la Cámara de Diputados enmendara la minuta. Le habló al coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal, quien le dijo que así lo haría, anunciando el viernes lo que había quedado con la Presidenta”, refiere el analista.
El viernes pasado, el Senado aprobó la reforma a ley de amparo envida por la presidenta Claudia Sheinbaum, pero con una modificación hecha de último momento: un artículo transitorio que incluye una cláusula de retroactividad, que ha generado críticas por la violación al artículo 14 constitucional.
SIGUE ADÁN INSTRUCCIONES DESDE PALENQUE
De acuerdo con Riva Palacio, la instrucción de la retroactividad vino desde Palenque y Adán Augusto sólo ejecutó la operación siguiendo instrucciones del también senador Alejandro Esquer Verdugo, exsecretario particular de López Obrador.
“El senador López Hernández no actuó por iniciativa propia, de acuerdo con las evidencias que recogieron legisladores durante las tormentosas negociaciones intramuros, sino que siguió las instrucciones que le estaba dando, literalmente sobre su espalda, Alejandro Esquer, que fue secretario particular de López Obrador, quien le dictaba las instrucciones desde Palenque”, expone en su artículo.
Sin embargo, el periodista señala que la presidenta Claudia Sheinbaum al desautorizar la maniobra en el Senado “nunca pensó, ni consideró, que detrás de López Hernández estaba López Obrador”.
‘LA PRESIDENTA NO QUIERE VER A LÓPEZ OBRADOR COMO UN PROBLEMA’
Sheinbaum Pardo, advierte Riva Palacio, tiene una admiración inconmensurable hacia López Obrador que se niega a verlo como un problema en la construcción de su gobierno.
“La Presidenta no quiere ver a López Obrador como un problema que obstruye la construcción del segundo piso de la cuatroté, ni en público ni en privado. Ella piensa que es impoluto, ajeno a todos los obstáculos que han dificultado su primer año de gobierno”, señala al respeto.
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La pugna interna dentro del llamado movimiento de la cuarta transformación, según el análisis del editorialista, no tiene intención de destruirlo, ni de cortar la relación con López Obrador, sino de determinar quién tiene el control, porque “quebrar su relación sería tanto como dinamitar las bases del proyecto”.
“Esa ebullición interna no busca destruir el movimiento que fundó el expresidente Andrés Manuel López Obrador, sino determinar quién manda ahí: él o Sheinbaum; la Presidenta o el caudillo que quiere seguir imponiendo sus caprichos, pensando solamente en su ‘legado’”, explica.
Ayer, durante el evento en el Zócalo capitalino por el primer aniversario de Sheinbaum en la Presidencia, se observó detrás de la valla al senador Adán Augusto López, el diputado Ricardo Monreal, así como a Luisa María Alcalde y Andrés López Beltrán, dirigente y secretario de Morena, respectivamente.
Hace siete meses, durante la asamblea informativa sobre los aranceles de Donald Trump, ellos hicieron un desplante a la mandataria mientras se tomaban una foto grupal con el hijo del exmandatario. Este domingo, ya no estuvieron en primera fila.
