Ya es tradición que cada aniversario de Saltillo un grupo de gestores, empresarios y artistas comisionen una imagen conmemorativa para celebrar tal ocasión, pero en todos estos años la arquitectura y las tradiciones poscoloniales de la ciudad han sido protagonistas. En este aniversario 448 de la fundación de la capital coahuilense, esta obra mira a la naturaleza y a una técnica que nunca antes habían empleado: el arte textil.
Creada por la artista textil Laila Castillo, esta pieza digitalizada de un original bordado plasma como si fuera un antiguo estudio de botánica siete plantas representativas de la región: gobernadora, trompillo, ocotillo, mezquite, huizache, encino y lechuguilla.
“Decidimos abordar por primera vez en lugar del patrimonio histórico o arquitectónico, abordar el patrimonio natural, puesto que yo he estado trabajando con plantas en los últimos años. Y a partir de esto hice una investigación sobre cuáles son las plantas más representativas de Saltillo o que nos den identidad”, compartió la artista para VANGUARDIA.
Con el apoyo de libros como “Sierra de Zapalinamé. Guía para conocer el Área Natural Protegida Sierra de Zapalinamé” e “Historias de Protección y depredación de los recursos naturales del Valle de Saltillo y la Sierra de Zapalinamé”, así como el apoyo del biólogo Rubén, Laila fue dando forma a la imagen con la que ahora el Centro Histórico conmemora la ocasión.
“También estuve sondeando con mis alumnas y personas cercanas, les preguntaba si conocían estas plantas o cuáles consideraban que eran las más representativas. En función de eso elegimos estas 7 plantas para evocar esas ilustraciones botánicas del siglo 16-17, que tenían anotaciones en manuscrito. De hecho una de las referencias visuales que usamos fue el Manual de Voynich, que es uno de los primeros registros de ilustración botánica que se conocen”, comentó.
La artista ha enfocado su práctica en la botánica desde hace un tiempo. Su más reciente exposición “¿Qué le cuentas a las plantas?” en el Centro Cultural Casa Purcell explora este tema, por lo que abordarlo en esta imagen fue, prácticamente, “natural”. Asimismo, continúa una investigación y creación de un manual con el maestro Radko Tichavsky, para identificar más especies en el Cañón de San Lorenzo.
“Me parece una responsabilidad bastante fuerte plasmar el territorio, aunque debo confesar que me dio un poco de miedo, pensar en la salida visual, pero al final disfruté muchísimo el proceso, con mis alumnas estoy trabajando sobre plantas y fue muy redondo el proceso”, agregó.
La frase que acompaña a la pieza “Mirar arriba donde se anuncia la muerte y abajo donde se asegura la vida” proviene de una de las primeras investigaciones que hizo, para la serie “Fibra/entraña”. En ese proceso descubrió que su perspectiva podía ampliarse.
“Quería buscar fibras primitivas del desierto y observando, en mi registro fotográfico, bastante precario en ese entonces, me di cuenta que había fotografiado un registro completamente horizontal y a la altura de mi vida, no había visto lo que había arriba ni abajo, y cuando quiero producir a partir de ese registro me doy cuenta que no me sirve de mucho, porque no tomé cosas que no las había visto, entonces tuve que hacer una segunda deriva en el desierto”, expresó.
“Y justamente investigando cómo se asegura la vida en el desierto, sin agua, con este clima tan extremo, vi esta planta que justamente recolecté en una de esas derivas, que era una lechuguilla ya seca, y resulta que cuando la lechuguilla florece anuncia su muerte, pero en todo su tiempo de vida asegura su existencia en el subsuelo. La vida del desierto está en el subsuelo”, agregó.
Este póster de aniversario se entregará en distintos establecimientos, bares y restaurantes del Centro Histórico.
