La lluvia no fue excusa. Tampoco el lodo, ni las nubes bajas. Desde las primeras horas del sábado, las familias comenzaron a llegar al Parque Las Maravillas: paraguas en mano, botanas bajo el brazo, nostalgia en los ojos. Los vehículos ya los esperaban: vochos modificados, camionetas de los 50, muscle cars, convertibles que sobrevivieron al óxido. Cada uno tenía su historia; cada dueño, su orgullo.
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No es sólo una exhibición. Es una celebración. Familias completas caminaron entre las filas de autos como si recorrieran un museo vivo. Algunos niños llevaban paraguas diminutos; otros simplemente se aferraban a la mano de su papá, maravillados por los motores aún apagados.
“La verdad, este evento ya es muy de Saltillo”, dijo Lydia González, directora de Turismo municipal. “Genera derrama económica, sí, pero también identidad. Desde que rompimos el récord Guinness en 2015 con las camionetas antiguas, la ciudad se ha apropiado de esta pasión”.
Pasadas las 15:00 horas, autoridades y organizadores dieron por inaugurada una edición más de la Expo Clásicos Saltillo. Hubo corte de listón, fotos con los asistentes y palabras de bienvenida por parte de figuras como Lydia González; Hugo Rábago, presidente de la Asociación de Autos Clásicos de Saltillo; así como los restauradores Martín Vaca y Effy Muñiz.
“Es un gran evento a nivel nacional”, dijo Martín, rostro del programa Mexicánicos. “Son muy buenos carros, de mucha calidad, los que hay aquí en Saltillo. No me queda más que felicitar al club y agradecerles la invitación”, expuso en entrevista.
UN MENSAJE A QUIENES INICIAN
Después del protocolo, Vaca fue abordado por algunos fans. Un adolescente se acercó para pedir una foto para su hermano menor. “Es su fan desde que era niño. No queremos que nos firme nada, solo una foto”, dijo ella. Martín accedió con gusto. El chico, nervioso, apenas sonreía.
Ahí, desde camerinos, el restaurador compartió un mensaje para quienes sueñan con levantar su propio clásico: “Que le echen ganas, que empiecen y que terminen. Aunque haya poco dinero, que de todos modos lo terminen. Lo importante es no dejarlo a medias”.
Contó que ha asistido ya siete veces a este evento y celebró la evolución del encuentro. Trajo consigo el “Gran Rojo”, uno de sus vehículos restaurados, así como dos dragsters con turbina de avión, que fueron encendidos durante el evento entre humo, fuego y asombro. “Es algo diferente, un ruido imponente. Vamos a volverlos a prender hoy por la noche y mañana. Es parte del show”, dijo.
Respecto a sus proyectos actuales, se limitó a decir que el taller está lleno, pero no puede revelar detalles por contrato con Discovery. “Gracias por ver el programa. Si no fuera por eso, no estaríamos aquí”, añadió.
UNA COMUNIDAD QUE CRECE
“Queremos reforzar los lazos familiares, por eso hacemos esto”, comentó Hugo Rábago. “Esperamos entre 15 y 20 mil asistentes durante los dos días. Saltillo lo merece. Esta comunidad crece”. La Expo se instaló tanto en la explanada del auditorio como en la parte posterior. Desde modelos de los años 20 hasta los del 95 —límite permitido—, los autos estuvieron estacionados para ser admirados a pie. Algunos relucían como nuevos; otros mostraban con dignidad las cicatrices del tiempo.
Se contó incluso con una pipa de bomberos rojo intenso, un Herbie sobre tapete de carrera, una camioneta flameante de motor descubierto. En medio, visitantes de todas las edades recorrían los pasillos con cámara en mano. Después del corte inaugural, los asistentes aprovecharon para convivir con los invitados, mientras bandas locales afinaban guitarras para amenizar con rock ligero.
El alcalde Javier Díaz González también asistió al evento. Recorrió parte del lugar, saludó a expositores y familias, y aseguró que el Ayuntamiento seguirá respaldando este tipo de espacios.
Porque sí, se trata de autos. Pero también de la gente que los restaura, los cuida y los comparte. De las niñas que señalan con emoción una camioneta azul. De los hermanos que se abrazan frente a un Chevy del 64. Del papá que empuja una carreola mientras explica qué es un carburador.
La Expo Clásico 2025 continúa este domingo hasta las 9 de la noche. Ahí están los motores. El olor a pasto. Las gotas sobre cofre. Y una comunidad que ya no necesita arrancar porque ya va en marcha.
