Luego que se reportara la aparición de restos de metal, plástico y tanques provenientes de la empresa SpaceX en playas de Tamaulipas, la empresa propiedad de Elon Musk rechazó que dichas piezas representen riesgos químicos, biológicos o toxicológicos; aunque sí se ofreció a limpiar la “basura especial”, al anunciar que ha buscado asistencia del Gobierno de México para recuperar la tecnología.
“Hemos ofrecido recursos y asistencia para la limpieza y hemos buscado la validación del derecho de SpaceX a realizar operaciones de recuperación”, indicó la empresa en su cuenta de X. “También solicitamos asistencia local y federal del gobierno de México para la recuperación de los escombros relacionados con la anomalía”, agregó en la publicación.
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Dicha respuesta de la empresa aeroespacial se da después de que la presidenta Claudia Sheinbaum anunciara que iniciará una demanda contra la compañía de Musk por la contaminación generada por sus desechos espaciales que cayeron en las últimas semanas en diversos puntos del estado mexicano frente a Texas, Estados Unidos.
SpaceX afirmó en su cuenta de X que “no existen riesgos” para las zonas que están en los alrededores de las instalaciones en Texas, debido a que las pruebas independientes que se realizaron a los materiales del interior del cohete Starship “no presenta riesgos químicos, biológicos ni toxicológicos”.
A lo que la Presidenta puntualiza que “en efecto sí hay contaminación” por la basura espacial, y que se está haciendo una revisión general de los impactos y las leyes internacionales para iniciar un proceso y las “demandas necesarias”.
Mientras tanto, la empresa indicó que, a pesar de sus acciones por recuperar los restos que “son y siguen siendo propiedad tangible de SpaceX”, estos intentos se han visto “obstaculizados por partes no autorizadas que han invadido propiedad privada”, acusación sin ofrecer detalles.
SpaceX planteó que espera trabajar con el gobierno mexicano para la devolución de los escombros lo antes posible.
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DESPEGUE FALLIDO
El pasado 18 de junio, el cohete Starship de la empresa SpaceX explotó en la plataforma de lanzamiento, en Boca Chica, Texas, a tres kilómetros de la frontera con México.
Tras el despegue, el propulsor del cohete se separó y en su regreso a la atmosfera, explotó y se rompió en escombros que se dispersaron por el Golfo de México, alojándose en la playa Bagdad de Tamaulipas.
Medios de comunicación reportaron que la basura espacial había aparecido en la playa, encendiendo las alarmas del Gobierno Federal ante el riesgo que corren los habitantes y el equilibrio ecológico en el océano.
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Entre mayo y junio, la organización Conservación e Investigación de la Biodiversidad (Conibio Global) denunció la presencia de basura espacial en la playa Bagdad, en Matamoros, así como en el Río Bravo, siendo la Secretaría de Medio Ambiente y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente la dependencia que asumiera la evaluación del impacto de esos desechos.
Por otro lado, SpaceX afirmó que el 27 de mayo lanzó su cohete Starship, pero la nave espacial perdió el control y se desintegró. Mientras, que la semana pasada se reportó la explosión de la nave Starship 36, cuyos restos cayeron en parte en el fronterizo Río Bravo, así como en campos de cultivo y pastoreo de Matamoros, según reportaron medios locales.
(Con información de AP)
