El Thunder de Oklahoma City se proclamó campeón de la NBA este domingo tras vencer 103-91 a los Pacers de Indiana en el Juego 7 de las Finales, disputado en el Paycom Center.
En un partido que dominaron de principio a fin, los dirigidos por Mark Daigneault sellaron una temporada de ensueño con su primer campeonato desde que la franquicia se mudó desde Seattle en 2008.
Shai Gilgeous-Alexander fue el líder indiscutible del equipo, sumando puntos clave y manejando el ritmo con su característico temple.
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A su lado, Jalen Williams y Chet Holmgren ofrecieron una actuación contundente tanto en defensa como en ofensiva, elevando la intensidad en momentos decisivos y anulando las respuestas de unos Pacers que resintieron desde temprano la baja de Tyrese Haliburton.
El base estrella de Indiana abandonó el juego apenas en el primer cuarto por una distensión en el tendón de Aquiles, lo que desarticuló el plan ofensivo de su equipo.
A pesar de los esfuerzos de Pascal Siakam y Andrew Nembhard, los Pacers nunca lograron igualar la energía y efectividad del Thunder, que fue ampliando su ventaja conforme pasaban los minutos.
El conjunto de Oklahoma se apoyó en su profundidad de plantilla, su defensa agresiva y la conexión con su afición, que no dejó de alentar durante todo el partido.
La victoria por 103-91 fue la culminación de un proceso de reconstrucción que apostó por el desarrollo interno, las selecciones del draft y la paciencia. El resultado: una plantilla joven, unida y con identidad clara.
Este campeonato representa un antes y un después para la franquicia. Después de años de transición desde la era de Kevin Durant y Russell Westbrook, el Thunder ha encontrado un nuevo núcleo ganador con Gilgeous-Alexander como su estandarte, y jóvenes como Holmgren, Williams y Giddey consolidándose en roles clave.
Para Indiana, el subcampeonato no empaña una campaña sorprendente en la que superaron las expectativas, eliminaron a rivales poderosos y forzaron una séptima final con determinación.
Sin embargo, la historia la escribió Oklahoma, que ahora puede presumir de haber tocado la cima de la NBA con una generación llamada a marcar época.