Tras el bombardeo de los Estados Unidos, el 21 de junio, en los centros de investigación nuclear de Irán, la administración del presidente estadounidense, Donald Trump, aseguró que no están en guerra con Irán.
La operación militar, denominada por el Pentágono como ‘Midnight Hammer’ fue considerada un éxito; al haber destruido sus objetivos. Tanto el primer ministro de Israel, aliado de los Estados Unidos, como Donald Trump, celebraron el logro militar.
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Sin embargo, la administración presidencial, Marco Rubio (Secretario de Estado) y el vicepresidente, JD Vance, informaron a los medios de comunicación estadounidense que el operativo no era una declaración de guerra, sino una ‘llamada de atención’ a Irán, por invertir en la investigación, y presunta, fabricación de armas nucleares.
‘No estamos en guerra con Irán, estamos en guerra con el programa nuclear de Irán. Destruimos ese uranio’, comentó el vicepresidente JD Vance.
Ambas autoridades estadounidenses aseguraron que solo se tendrá en cuenta una acción bélica, si la política iraní decide contraatacar a los Estados Unidos, los cuales, afirmaron que no se limitarán en utilizar todos sus recursos para suprimir los intentos de Irán.
Por su parte, Marco Rubio comentó que buscarán una solución diplomática y pacifica que contemple al pueblo iraní y la integridad de los Estados Unidos. En un informe a los medios de comunicación, la administración de Trump argumentó que no fue ataque bélico, porque se tuvo como objetivo a los centros nucleares, y no a zonas civiles ni militares.
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Las negociaciones de Irán con los Estados Unidos sobre el programa nuclear iniciaron a principios del 2025, pero fueron pospuestas, y hasta canceladas, tras los ataques de Israel a Teherán, capital iraní.
