De acuerdo al analista Antonio Di Giacomo el precio del oro enfrenta una etapa de presión debido al fortalecimiento del dólar estadounidense y al aumento de los rendimientos de los bonos del Tesoro, factores que tradicionalmente restan atractivo a los activos que no generan intereses, como el oro.
Los precios del oro y la inflación están estrechamente vinculados, y el oro suele considerarse una protección contra el poder erosivo de la inflación.
Esta dinámica ha limitado el impulso alcista del metal precioso en el corto plazo, a pesar de que en la jornada del 20 de junio de 2025 logró alcanzar la zona de 3,370 dólares por onza.
El aumento de la inflación y del coste de la vida en varias partes del mundo también ha contribuido a erosionar el valor del dinero, lo que ha llevado a la gente a invertir en coberturas contra la inflación, de las que el oro es uno de las favoritas.
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Cabe destacar que el respaldo del oro proviene principalmente de la demanda constante por parte de los bancos centrales de todo el mundo.
Añadió que muchas instituciones monetarias continúan diversificando sus reservas internacionales, buscando reducir su exposición al dólar y protegiéndose frente a posibles crisis económicas o financieras.
Una encuesta reciente reveló que una gran mayoría de bancos centrales planea aumentar sus reservas de oro en los próximos 12 meses. Esta tendencia resalta la confianza en el oro como activo de reserva, especialmente en un contexto donde la inflación global continúa siendo una preocupación y las tensiones geopolíticas siguen al alza.
A nivel geopolítico, las tensiones en Medio Oriente han escalado nuevamente, con el programa nuclear de Irán como uno de los principales focos de preocupación.
La posibilidad de acciones militares en la región aumenta los riesgos para el comercio global, especialmente por el papel estratégico del Estrecho de Ormuz que es el principal punto de tránsito de petróleo y gas natural.
Explicó que un conflicto en esa zona tendría repercusiones inmediatas en los precios de la energía y podría alterar los planes de política monetaria a nivel global.
Por último indicó que el precio del oro transita actualmente entre fuerzas opuestas: la fortaleza del dólar y los altos rendimientos de los bonos limitan su avance inmediato, pero el respaldo continuo de los bancos centrales, el riesgo geopolítico creciente y la persistente incertidumbre inflacionaria refuerzan su valor como activo de refugio.
A medida que evolucione el escenario global, el oro podría recuperar protagonismo como un componente esencial en las carteras de los inversores.
Cabe destacar que a medida que bancos centrales como la Reserva Federal gestionan las tasas de interés y la política monetaria, el precio del oro reacciona, sirviendo como barómetro de la respuesta de los mercados financieros a las tendencias inflacionarias.